Innovar. Buscar formas diferentes de hacer lo de siempre.  Transformar la tradición agrícola de la familia. Había muchas cosas en la cabeza de Israel Rambla cuando, en 2018, decidió reconvertir terrenos de su familia en campos de pitahaya, una fruta de origen tropical que empieza a despuntar en España.

¿Y por qué apostar por la pitahaya en tierra de naranjas? La situación actual de los cítricos es complicada y fue cuando Israel decidió apostar por otro producto con mayor proyección y con un sistema de producción sostenible y asumible en la Comunitat Valenciana.

Después de una ‘pequeña’ prueba piloto con 300 plantas, Israel vio, con el apoyo de su familia, que sí que se podía apostar por el cultivo de la pitahaya. Ahora cuenta ya con casi 2.500 plantas, con 8 variedades en producción y más de 1.500 metros cuadrados de invernaderos.

Este no es solo el proyecto de Israel, es el de toda la familia Rambla Menero que lleva cuatro años trabajado junta para hacer realidad este proyecto.